El Ayuntamiento de Córdoba ha sacado a licitación la obra que convertirá en peatonal el eje Realejo-San Lorenzo, que estará cofinanciada por el programa operativo plurirregional de España Feder 2014-2020. El proyecto tendrá un presupuesto de 468.749 euros y un periodo de ejecución de cuatro meses a contar desde que se firme el contrato. Las empresas interesadas en presentar sus ofertas tienen de plazo hasta el próximo 1 de septiembre de este año.
El proyecto responde a una demanda histórica de los vecinos de este entorno que fue anunciada en febrero del año pasado por el anterior gobierno municipal, en concreto, por la concejala de Infraestructuras, Amparo Pernichi, que explicó que el objetivo de la intervención era darle continuidad a la obra realizada anteriormente en la calle San Pablo hasta el Realejo, con el objetivo de acabar en un tercer paso interviniendo también en el último tramo de la vía, el que une San Lorenzo con la plaza del Alpargate.
Según reza el proyecto publicado para la adjudicación de la obra, el itinerario peatonal del eje Realejo-San Lorenzo tiene como objetivo «configurar un espacio de preferencia peatonal» en esa zona así como «solucionar el problema de accesibilidad que tienen actualmente los peatones». Cabe recordar que la vía que une ambas plazas está conformada por una calle con aceras muy estrechas que obligaba a los viandantes a cruzar de un lado a otro en su recorrido porque estas se van acortando a medida que se avanza.
Calle Santa María de Gracia
La intervención que se va a realizar se centrará principalmente en la calle Santa María de Gracia del distrito Centro con una longitud de 275 metros, a la que desembocan las calles Pleiteneros, Polichinela, Peña, la plaza Juan Bernier, la calle Pedro Verdugo, Arroyo de San Rafael y Arroyo de San Lorenzo. Se incluye también el ensanchamiento de la calle Arroyo de San Lorenzo, así como la calzada de la plaza de San Lorenzo.
Según detalla el informe de la Delegación de Infraestructuras, la solería actual «está en muy mal estado por el paso del tiempo y por la invasión de los coches en las aceras o por accesos no acondicionados de los garajes existentes». Además, señala que «no cumple la normativa vigente sobre accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas».
Con la idea de aumentar el espacio dedicado al peatón y mejorar la accesibilidad, la obra incorporará una plataforma continua, como la que existe en la calle de San Pablo-Realejo, para lo cual se demolerá el acerado y la calzada existente. Y ante la imposibilidad de realizar dos aceras con dimensiones mínimas, «el nivel de la calzada se igualará con el del acerado» dándole a partir de ese momento «un tratamiento de preferentemente peatonal». El tramo de la calle que linda con la plaza del poeta Juan Bernier también quedará integrado en la plaza «generando igualmente un espacio de preferencia peatonal». El proyecto prevé también cambiar la luminaria de la plaza Juan Bernier para dotarla de tecnología LED.
Cuando se presentó la intervención el año pasado, Pernichi explicó que la actuación sería la primera obra incluida dentro de la estrategia Edusi. En ese momento, el proyecto se acaba de terminar y se presentó al Consejo de Distrito Centro, por lo que se esperaba que la obra saliera a concurso de forma inmediata. Sin embargo, tras el cambio de gobierno municipal, la licitación de la intervención, que cambiará por completo la definición de esta zona del casco, que conecta el Centro con la Axerquía, ha tardado un año y medio en ver la luz.
Una crisis lo paró y se activa con otra
En noviembre del 2008, con Andrés Ocaña como presidente de la Gerencia de Urbanismo, acababa la obra de remodelación de la calle San Pablo, esa polémica actuación de peatonalización que puso en jarras a vecinos y comerciantes y que supuso el inicio de una revisión en 3 fases del eje que une San Pablo con María Auxiliadora incluido en el Plan de Accesibilidad del Casco Histórico, con el que se pretendía hacer más transitables para los peatones vías vertebrales del centro de la ciudad. En su día, la obra de San Pablo, que se prolongó durante siete meses y medio, se convirtió en un quebradero de cabeza para los comerciantes, que llegaron a denunciar importantes pérdidas económicas. Con la pilona de San Pablo llegó también la crisis que paralizó el resto de las obras hasta una década más tarde, cuando el gobierno de PSOE-IU lo volvió a resucitar para emplear los fondos Edusi y continuar así la segunda fase del proyecto inicial.
Sobre la mesa quedó si la remodelación implicaría algún cambio en el tráfico rodado, que actualmente entra desde María Auxiliadora o Arroyo de San Lorenzo hacia Santa María de Gracia. La respuesta de la concejala de Infraestructuras hace un año fue que no cambiaría, aunque está por ver qué decisión toma al respecto el nuevo Gobierno. Resulta curioso que un proyecto como este, paralizado por una crisis, vaya a ser la primera gran obra que acometa el actual gobierno municipal en el Centro después de otra crisis, la del coronavirus, movilizando casi medio millón de euros y, previsiblemente, un número importante de trabajadores que deberán acometer la actuación en un plazo de cuatro meses.
Fuente: diariocordoba.com
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