La llamada pobreza energética se resume como la incapacidad de un hogar de satisfacer una cantidad mínima de servicios de la energía para sus necesidades básicas, como mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud (de 18 a 20 grados en invierno y 25 en verano). Hoy es el Día Europeo de Lucha contra la pobreza energética. El 9% (más de 4 millones) es incapaz de mantener su casa a buena temperatura.
Se trata de un fenómeno que en España está teniendo una dramática repercusión. Según el informe Pobreza energética en España. Análisis económico y propuestas de actuación, elaborado por los investigadores de Economics for Energy, en 2015 un total de 1,8 millones de hogares españoles, el 9,88% del total, se encontraba en situación de pobreza energética, el triple que antes de la crisis.
Cruz Roja va más allá. El 41,4% de las familias españolas atendidas por esta ONG sufre pobreza energética y no puede mantener su vivienda con una temperatura adecuada durante los meses de invierno, según el Boletín sobre la Vulnerabilidad Social de Cruz Roja de este pasado mes de enero. De manera más concreta, el 22% de las personas a las que ayuda tiene problemas para sufragar gastos de la vivienda, un 42,2% no puede pagar el alquiler, y el 14,8% no hace frente al pago de la hipoteca desde hace algún tiempo.
¿Cómo puede ser que la quinta economía de la Unión Europea tenga a millones de personas en tal situación, que no puedan calentar el hogar y que duerman con frío? Y no sólo eso. Como señala la Asociación de Ciencias Ambientales, la vulnerabilidad de las personas que sufren pobreza energética impide la cobertura de necesidades básicas, condiciona la economía doméstica –alimentación, agua, educación, movilidad, etc–, afecta de forma directa a la salud y se postula como antesala frente a la pobreza y la exclusión social. Los datos de esta asociación indican que el 17% de los hogares españoles (más de siete millones de personas) dedica un gasto desproporcionado de sus ingresos al pago de las facturas de la energía y el 9% (más de 4 millones) se declara incapaz de mantener su vivienda a una temperatura adecuada. El 41,4% de las familias atendidas por Cruz Roja sufre pobreza energética. Según cálculos de Economics for Energy, la factura eléctrica para un hogar medio se encareció un 76% entre 2007 y 2014 y la gasista, un 35%. De acuerdo a su informe, las comunidades autónomas con mayores indicadores de pobreza energética son Melilla, Ceuta, Canarias, Andalucía y Murcia. Los hogares con mayor riesgo de pobreza energética son las familias con hijos, con bajos ingresos, inestabilidad laboral y que vive en régimen de alquiler, al tiempo que sitúan entre las causas el aumento de la brecha entre rentas altas y bajas durante la crisis.
Cruz Roja Española atendió en 2015 a más de 700.000 personas en situación de extrema vulnerabilidad. Según su Boletín sobre la Vulnerabilidad Social, el porcentaje de personas que le solicitan ayuda para hacer frente al alquiler ha aumentado con respecto a 2013. Concretamente, se ha incrementado un 8% el número de ciudadanos que han acudido a Cruz Roja para pagar los gastos de los servicios del hogar, pasando del 16 al 24%.
En este preocupante contexto, se celebra la Semana Europea de la Pobreza Energética –del 17 al 23 de febrero–, una cita que pretende dar a conocer el problema de la pobreza energética a la ciudadanía, consolidar su reconocimiento, promover actuaciones coordinadas a nivel estatal y europeo y difundir iniciativas y prácticas que se están impulsando para paliarla y mitigarla en los hogares.
Fuente: 20minutos
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